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“El pasar de un ave” es una propuesta que pretende que el espectador sea consciente de la transitoriedad de la existencia. Apreciar sus obras es acercarse a un estado de absoluta meditación en la que el tiempo no limita la existencia, en la que se rompen los límites de la velocidad, la gravedad y de la percepción, cuyo ejercicio es amaestrarse plenamente en la conexión con la expresión de la realidad del momento. Para ello, utiliza lo espontáneo. Se aventura en la construcción aleatoria y si es necesario suelta la obra rápidamente o continúa y reconstruye para volver a solucionar. Su trabajo es una expresión de libertad, de amplitud, de deseo, de espacio, de dinamismo y de vacío, como respuesta natural a la sensibilidad que puede verse invadida por influencias colectivas, que ella considera dinámicas aburridamente repetidas, irrelevantes e insustanciales. Más información: |